julio 13, 2007

JÓVENES Y NUEVAS FORMAS DE MOVILIZACIÓN


Asistimos a nuevo orden mundial que se viene estableciendo con la finalización del siglo XX y el comienzo del XXI. Ese nuevo orden tiende a la homogenización de las estructuras sociales, políticas, económicas y culturales, un mundo plano y con límites, con puntos establecidos de control y con reglas que unifican el pensamiento. Un mundo soñado por cualquier totalitarista, sin importar su corriente ideológica. Frente a tal reto, la diferencia se convierte en utopía, ser "distinto" puede ser catalogado como error del sistema y lo distinto puede ser todo aquello que no encaje dentro del molde de "aceptado" por los nuevos cánones del orden.

Ante tal estado de cosas, los jóvenes de hoy, asisten a un reto mayúsculo, se acomodan al sistema o luchan por la diferencia. La primera opción es la fácil, la cómoda, la que te garantiza que serás parte de la maquinaria de producción-consumo y por lo tanto te ofrece éxito y bienestar. El sacrifico es mínimo, en términos de aceptabilidad y contundentes, en términos de autonomía. Se sacrifica la diferencia y se acepta el modelo prevaleciente. El segundo caso es el problemático, porque no aceptar las formas que imperan como regulación y homogenización, implica irse de frente contra el sistema, optar por la utopía, por un mundo diferente en dónde el ser humano prevalezca sobre las mercancías, sobre las ideologías, sobre la muerte y sus diferentes tipos de barbaries, un mundo para todos y para cada uno de sus habitantes, un mundo en equilibrio entre el ser humano y la naturaleza, un mundo que no cabe en los actuales modelos de administración universal.

¿Y cómo aumentar el torrente de los diferentes? Parece ser que la comodidad del mundo psotmoderno impide abrir los ojos a la realidad, pero se observa cada vez mayores cantidades de jóvenes manifestándose en contra de los postulados del orden total, a favor de la ecología, de la libre expresión sexual, de la no contaminación del planeta, de la lucha contra la pobres, en fin, contra todos aquellos sucesos propios del orden. Y muchas de las formas de protesta siguen conservando los viejos modelos de luchas de clases, pero también empiezan a gestarse otras maneras de protestar, de estar en "des-acuerdo" con los estamentos reguladores y con sus expresiones que se clonan en todas las estructuras sociales. Faltan estudios más juiciosos sobre estas formas de asimilarse diferente, pero se puede adelantar que ellas se dan a través de la música, la forma de vestir, el uso del lenguaje, la utilización de símbolos semiotizados de su realidad inmediata y la trasgresión de las normas como el caso de los jóvenes extremos, entre muchas más.

Cada generación deja una impronta en las sociedades que construye, y los jóvenes de la actual, tendrán en sus manos el reto hacerle frente a una sociedad avasalladora del "otro" y sólo el futuro a corto plazo, permitirá evaluar su capacidad de asimilación o resistencia.