agosto 13, 2007

CONSUMO DE DIP EN IBAGUÉ

El mes anterior, la personería municipal de Ibagué prendió las alarmas ante la aparición de una nueva sustancia psicotrópica que inhalan los jóvenes y que se compra legalmente en las farmacias de la ciudad, el nombre que le han dado sus consumidores es de DIP. Según estudios preliminares, todo parece indicar, que la desconocida sustancia es Diclorometano (Cloruro de metileno, CH2Cl2), un líquido incoloro y volátil que normalmente se usa como disolvente o propelente de aerosoles. Su composición química indica que su toxicidad es de intoxicación aguda y actúa como depresor del sistema nervioso central, originando embriaguez e incoordinación.

Si se inhala en alta densidad, provoca vértigo, somnolencia, dolor de cabeza, nauseas, perdida del conocimiento, debilidad y muerte. Por ello, se recomienda médicamente que si alguien inhala prolongadamente el Diclorometano: se le busque aire limpio, reposo, respiración artificial si estuviera indicada y proporcionar asistencia médica.

Ahora bien, incorporándonos al estudio socio cultural, surge de nuevo la pregunta, ¿Qué está pasando en la sociedad, que los jóvenes buscan de múltiples formas huir del principio realidad?, por que realmente es esa la raíz del problema, algo huele mal entre nosotros, algo ha muerto en la humanidad y su hedor molesta a las nuevas generaciones. Por ello, insaciablemente están experimentando aventuras, que los acerque al principio fantasía, que los lleve en una sola explosión, lejos de este mundo que no les ofrece nada. Recordando a Marshall Berman el miedo del hombre moderno no es al cambio, sino a que no cambie nada y parece que ese miedo, es una realidad inminente.

Una sociedad enferma, es aquella que a perdido la armonía de su cuerpo social, que ha alterado los principios básicos de sus relaciones sociales. Alteraciones que se han profundizado de tal forma en grandes sectores de la sociedad – con mayor fuerza dentro de la juventud – que les hace mirar la vida sin ningún futuro. Por ello, las victimas de la enfermedad recurren como cualquier enfermo terminal a utilizar la droga que calme parcialmente los dolores que los aquejan, sin que ello genere alguna esperanza de un alivio real.

De lo anterior se desprende, que la solución a estas situaciones nos lleva a buscar una mirada integral, que involucre, la subjetividad de la juventud, así como las ínter- subjetividades sociales de la ciudad de Ibagué. Para de esta forma optar por medidas que realmente nos lleve al problema de raíz. Problemas que están en el conjunto de la sociedad y que se hace más visible en las nuevas generaciones. Por ello, desde el Observatorio de Juventud, nos alejamos sustancialmente de las medidas policivas y macartistas de la moral filistea, que pretende ver a los consumidores de droga, como enfermos sociales, delincuentes, desadaptados… y exhortamos a reflexionar el tema de manera compleja.